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Las calaveras de cristal son unas esculturas con forma de cráneo talladas en cuarzo transparente o translúcido(conocido además como «cristal de roca»), cuyos teóricos descubridores afirmaban que eran artefactos mesoamericanos precolombinos.
No obstante, ninguno de los especímenes que fueron puestos a disposición para su estudio científico fueron autentificados como precolombinos. Aquí puedes encontrar:
- craneos de cuarzo
- calaveras y craneos,
- calaveras de cristal,
- carabela de cristal,
- craneos de cristal,
- craneos de cristal extraterrestres.
Los resultados de estos estudios probaron que los cráneos de cristal examinados
fueron elaborados en la época del siglo XIX o después,
con seguridad en Europa a lo largo de una etapa cuando había bastante interés en las antiguas culturas precolombinas.
Sin importar algunas declaraciones presentadas en distintas publicaciones de popularización,
las leyendas sobre cráneos de cristal con
poderes místicos no pertenecen a la mitología y el planeta espiritual de los nativos mesoamericanos o de otros amerindios.
Algunos integrantes del movimiento New Age
aseguran con continuidad que los cráneos detallan fenómenos paranormales, siendo
muchas veces representados de esta manera en proyectos de ficción.
Los cráneos de cristal fueron un tema habitual,
mostrándose en varias series televisivas de ciencia-ficción, novelas,
películas videojuegos y una marca de vodka.
La leyenda de las calaveras de cristal
Cuenta una leyenda que los mayas
dispersaron por el planeta trece calaveras de cristal talladas que heredaron de los pobladores de la
histórica Atlántida antes de que su conjunto de naciones se hundiera en el mar,
y que cuando éstas se hallen y reúnan en un solo sitio,
va a ser el tiempo en que
la inteligencia de los atlantes va a existir de ser trasmitida a la raza humana.
Otra versión de la historia cuenta que cada calavera se ajusta a uno de los trece mundos que fueron poblados por los humanos.
El último de estos trece mundos sería el nuestro.
Por eso dicen
que son 12 +1 calaveras las que fueron traídas y repartidas por toda la Tierra
para conseguir sobre nuestro estudio y responder por nuestra vida.
En la actualidad,
numerosas de estas calaveras están expuestas en las vitrinas de diferentes museos de todo el mundo,
habiendo sido descubiertas –según los creyentes en la leyenda– por lo menos ocho de las trece.
Según la experta en la materia Ellie Crystal
Según la experta en la materia Ellie Crystal,
todas las calaveras se halla en diferentes manos,
y todas ellas fué mencionada con un nombre propio.
La más popular es la Calavera Skull of Doom ,
además llamada “Calavera del Destino” o “Cráneo del Destino”.
Su apariencia y medidas son réplicas exactas de una calavera humana.
Tallada desde solo una parte del más puro cristal de cuarzo,
tiene la mandíbula articulada y solamente muestra deficiencias.
Por su forma y tamaño,
se presume que hablamos de un cráneo femenino.
Colecciones de cráneos de cristal
Colecciones de cráneos de cristal Algunos estudiosos hicieron una distinción
entre los chicos cráneos de cristal del tamaño de un abalorio, que se dieron a conocer en la época del siglo XIX,
y los enormes cráneos (aproximadamente de tamaño real) que se dieron a conocer a objetivos de ese siglo.
El comercio de artefactos precolombinos falsos
se desarrolló a objetivos del siglo XIX al nivel que en 1886, el arqueólogo William
Henry Holmes del Centro Smithsoniano escribió un artículo que se titula
«El comercio con antigüedades mexicanas espurias» para la revista Science.
A pesar de que los museos habían comprado cráneos antes,
fue Eugène Boban,
un anticuario que abrió su tienda en París en 1870,
quien es más asociado con las colecciones de cráneos de cristal de los museos del siglo XIX.
La mayoría de la recopilación de Boban,
de hecho tres cráneos de cristal,
fue vendida al etnógrafo Alphonse Pinart, que donó la recopilación al Museo Trocadéro,
que después sería el Museo del Hombre.
Investigaciones sobre el origen de las calaveras de cristal
Se aseguró que las calaveras de cristal son de origen precolombino, siendo comunmente atribuidos a los aztecas o mayas.
El arte mesoamericano tiene varias representaciones de cráneos,
pero ninguno de los cráneos de cristal de las colecciones de museos surgen de excavaciones documentadas.
Las indagaciones realizadas en numerosos cráneos de cristal en el Museo De Inglaterra en 1967, 1996
y de nuevo en 2004 enseñaron que las líneas que marcan los dientes
(ya que estos cráneos no tienen maxilares separados, como el cráneo Mitchell-Hedges)
fueron tallados utilizando utilidades de joyero (herramientas rotativas) desarrolladas en el siglo XIX,
por lo cual un supuesto origen precolombino sería improbable.
El tipo de cristal fue preciso al investigar las inclusiones de clorita,
que solo están en los cristales de Madagascar y Brasil,
entonces complicado de conseguir o irreconocible en la Mesoamérica precolombina.
El estudio llegó a la conclusión que los cráneos fueron hechos en Alemania en el siglo XIX,
muy seguramente en talleres de la región de Idar-Oberstein,
popular a objetivos del siglo XIX por hacer elementos hechos de cuarzo brasileño importado.
Se ha predeterminado que el cráneo de cristal del Museo De Inglaterra como el del Museo del Hombre,
en París fueron vendidos por el comerciante de antigüedades francés Eugene Boban,
que tuvo su negocio en Localidad de México entre 1860 y 1880.
El cráneo de cristal del Museo de Inglaterra
El cráneo de cristal del Museo De Inglaterra fue comprado de Tiffany en Nueva York,
en tanto que el cráneo de cristal del Museo del Hombre fue donado por el etnógrafo Alphonse Pinart,
que lo compró de Boban.
Una exploración llevada a cabo por el Centro Smithsoniano en 1992 en un cráneo de cristal
suministrado por una fuente anónima que dice haberlo comprado en Localidad de México en 1960 y que es de origen azteca,
además llegó a la conclusión que fue hecho en fecha reciente.
Según el Centro Smithsoniano, Boban compró en Alemania los cráneos de cristal que vendía
– hallazgos que concuerdan con los del Museo Británico.
Estudio detallado de los cráneos de cristal
En mayo de 2008, un estudio detallado de los cráneos de cristal
del Museo De Inglaterra y el Centro Smithsoniano fue recibido para su publicación en Journal of Archaeological Science.
Empleando un microscopio electrónico y cristalografía de rayos X,
un conjunto de estudiosos británicos y estadounidenses encontraron que el cráneo del Museo De Inglaterra
fue labrado con una sustancia abrasiva áspera, como corindón o diamante,
y modelado empleando una utilidad de disco rotativo llevada a cabo de un metal correcto.
El espécimen del Centro Smithsoniano fue labrado con un abrasivo diferente,
el carburo de silicio (SiC), que es una sustancia sintética manufacturada con modernas técnicas industriales.
Ya que la síntesis del carborundo data únicamente de la década de 1890 y su extensa disponibilidad data del siglo XX,
los estudiosos concluyeron que «[se] recomienda que fue hecho en la década de 1950 o luego»
Afirmaciones paranormales y asociaciones espirituales de las calaveras de cristal
Algunos creyentes en lo paranormal aseguran que las calaveras de cristal tienen la posibilidad de producir una diversidad de milagros.
Anna Mitchell-Hedges confirmaba que el cráneo que en teoría había descubierto podía provocar visiones,
sanar el cáncer,
que una vez empleó sus caracteristicas mágicas para matar un hombre y que en otra oportunidad,
vio en este una premonición del asesinato de John F. Kennedy.
En la obra teatral de 1931 La pantufla de raso,
de Paul Claudel, Felipe II de España
utiliza «un cráneo hecho de solo una parte de cristal de roca»,
iluminado por «un rayo del sol poniente»,
para ver la derrota de su Armada Insuperable en su ataque a Inglaterra (dia 4, escena 4, páginas 243-244).
Las declaraciones sobre poderes sanadores y sobrenaturales de los cráneos de cristal
no tienen fundamento en la red social científica,
que no encontró prueba de algún fenómeno excepcional asociado con los cráneos,
de esta forma como ninguna razón para continuar investigando, excepto la afirmación de su origen y procedimiento de manufactura.
La leyenda de los cráneos de cristal
Otra especulación reciente y sin fundamento histórico relaciona
la leyenda de los cráneos de cristal con el concepto del de hoy período baktun del calendario maya el 21 de diciembre de 2012,
afirmando que al reunir los trece cráneos místicos se va a impedir una destrucción
en teoría predicha o implícita por el desenlace de este calendario (véase Fenómeno de 2012).
Una emisión de esta afirmación nació (junto a muchas otras) en El secreto de los cráneos de cristal,
un programa de 2008 producido para el Sci Fi Channel en mayo y emitido en el Discovery Channel de Canadá en junio.
Entre los entrevistados aparecen Richard C. Hoagland,
que intentó relacionar a los cráneos de cristal y
los mayas con vida en Marte, y David Hatcher Childress,
que ha propuesto un origen atlante de los cráneos y asegura que tienen caracteristicas antigravitacionales.
Los cráneos de cristal además son nombrados por Drunvalo Melchizedek en su libro Serpiente de Luz.
Él redacta que se descubrió con originarios descendientes de los mayas
que poseían cráneos de cristal
y los empleaban en ceremonias en los santuarios de Yucatán,
que según él tienen dentro almas de antiguos mayas que entraron en los cráneos
para aguardar el instante cuando su vieja inteligencia sea otra vez necesaria.
Mitología de los cráneos de cristal
Las supuestas asociaciones y orígenes
de la mitología de los cráneos de cristal en el planeta espiritual
de los originarios estadounidenses, como es propuesto por escritores neochamanistas así como Jamie Sams,
son de todas formas desacreditados.
En cambio, como mira Philip Jenkins,
la mitología de los cráneos de cristal puede rastrearse hasta las «leyendas barrocas» al principio difundidas por F.A. Mitchell-Hedges, y luego retomadas:
Hacia los 70s,
los cráneos de cristal habían entrado en la mitología New Age como capaces reliquias de la vieja Atlántida,
y también consiguieron un número canónico: habían precisamente trece cráneos.
Nada de esto tendría relación con temas de los nativos norteamericanos,
si los cráneos no hubiesen llamado la atención de varios de los más activos escritores de la New Age
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